viernes, 27 de noviembre de 2009

ESTO ES EL COLMO por osvaldo raya

De regreso en Miami, un amigo me conto que a su paso por La Habana, estuvo conversando con un medico del municipio Playa que se quejaba, en voz baja pero airado, de que a su pequena hija y a todos los ninos de su escuela primaria --y posiblemente a los del resto de las escuelas del municipio-- los maestros le exigen que les pidan a los padres una donacion en divisa de unos 1.95 dollares americanos, nada menos y nada mas que para comprar armas.... Dios mio, esto es el colmo! Huelgan los comentarios cuando se sabe el hambre que hay en Cuba y lo dificil que le resulta al pueblo conseguir tal moneda que es incluso la unica aceptable para comprar los productos de primera necesidad. Cuanto mas van a exprimir a ese sufrido pueblo!

Yo invito a todos los que pasen por La Habana a comprobar lo que estoy denunciando aqui.

domingo, 15 de noviembre de 2009

LA LIBERTAD por osvaldo raya

Siempre hay una voz que dice «no.» Yo no la escucho. Y hay tijeras para cortar las alas. Y manos tenebrosas que apagan la luz y cierran todas las puertas. Pero el que no busca la luz de afuera porque la sabe dentro de sí, es el que ve. Y el que logra ser libre. Posible y verdadera es la libertad, cuando se vuelve uno hacia uno mismo y se lanza a estas dimensiones viscerales, a por otro sol más luminoso y otro espacio donde pululan estrellas intestinas.

Digo que la experiencia más inolvidable de mi vida –la más impactante–, no fue haber pasado por las angustias de sentir, en carne propia, el azote de la represión y la persecución por parte del sátrapa que todavía gobierna en mi país; sino haber hallado finalmente el consuelo de saberme poseedor de un universo propio, capaz de superar a cualquier otro universo de la vida de afuera, tan hostil a la libertad y muchas veces falso. Gracias a Dios, adentro de uno, habitan también los jilgueros y cantan, éstos, a pesar de la mordaza. Siendo así, ven la luz los ojos de los que buscan la luz, aun vendados o sometidos a la tenebrosa oscuridad de un calabozo. Los tiranos subestiman la fortaleza del espíritu humano. Los que pretenden avasallarnos, desconocen, en su soberbia y su ignorancia, el poder de la divinidad que se incuba en cada cual y la anchura del alma de los hombres.

Descubrí que soy libre. Que si me detengo en lo mío, soy libre y poderoso. Que soy invencible. Lo comprobé de un golpe cuando estuve encerrado tres días –que fueron para mí como trescientos–, sin ver el mar, en la celda número dos, en un cuartel de la costa, allá en La Habana, en el mes de junio de 1992… Pero el mar, en sí, lo traía conmigo y alcancé a contemplarlo y a disfrutar de él; aun tras los barrotes y la tapia de acero. Navegué, pues, en mis propios océanos. Y es que cárcel no es únicamente la ergástula en la que un gobierno despótico encierra a los que se le oponen. No: también es la casa enrejada que a veces llevamos a todas partes para encerrarnos por propia voluntad, como un auto-castigo; de modo que vamos por la vida cual un caracol que quisiese disimular su carga.

Es increíble; pero uno llega darse cuenta de que uno mismo es el tirano. Mas feroz y más cruel que el tirano de afuera. Afírmese, mejor, que la libertad deberá entenderse, desde una visión abarcadora y profunda, como algo de lo que no nos puede privar un carcelero, sino uno mismo. Los tiranos no tienen más poder que el que nosotros le damos, al no creer propiamente en el nuestro y creer en que sí, que son poderosos los tiranos. No. Nadie debe pedir la libertad a nadie. Ni culpar a otros de haberla perdido. Ser libre no depende de las decisiones ajenas. Debemos empezar por reclamarnos a nosotros mismos la libertad que nos falta y por derrotar, primero, esos opresores que viven como parásitos en lo más intrincado y hondo de nuestra propia persona.

Es hora ya de dejar de lamentarnos por las circunstancias de adversidad y penurias provocadas por el poder malévolo de algún caprichoso gobernante o algún familiar o un jefe o cualquiera que tuviese la intención de molestarnos e impedirnos la felicidad. Es la hora de vernos por dentro. De reconocer las vallas propias, los muros de la sangre, los alfileres que recorren nuestras venas e intestinos. Los miedos, los odios, los prejuicios, las culpas, las incapacidades y hasta la falta de arrojo para acometer la vida y esa falta de fe en nosotros mismos.

Reconozcamos que, en alguna medida, todos seguimos soportando penosas limitaciones. Limitaciones atizadas por uno mismo. Alguien, so pretexto de protegernos, nos inyectó silenciosos enemigos, dosis demasiado altas de desconfianza y paranoia. Algo como ciertas convenciones absurdas, tradiciones fuera de contexto, estatutos ridículos con los que se supone que debemos acometer la vida social, sexual o doméstica. Y hasta las escuelas, nos envenenan, sobre todo, cuando tienen el propósito prefijado de lavarnos el cerebro.

Desde niños, nos han ido inoculando secretos tiranuelos en la sangre.

La libertad no está completa sino no se mueven a gusto y bailan en nuestras honduras las facultades de las que fuimos dotados por Dios. La redención primera es intestina, visceral. Porque la libertad comienza el mismo día en que descubrimos nuestra propia esencia. Somos libres tan pronto como nos enteramos de que es posible la divinidad humana, lo cual nadie podrá poner bajo siete llaves. Nadie encierra a Dios ni nadie acallará ni matará a los poetas. La Poesía es un proceso liberador, imparable y eterno. Puede decirse que aquellas filosofías que descalifican la trascendencia humana, son las mismas que obstaculizan la libertad. Siéntese muy libre el hombre que sabe que hay más, más allá. El que sabe que no sólo debe trabajar el hombre para ganarse el pan sino que otros trabajos tiene, como Hércules, la criatura humana. El hombre debe prepararse para ocupar un sitio en la eternidad. El hombre debe trabajar, cada día, para ser libre definitivamente.

Cada quien conquiste para su individualidad, poco a poco, la libertad de lo divino. Luego aportaremos de nuestra humilde divinidad a la patria y al mundo.

Muchos cubanos sufren la tiranía y pagan muy caro el reclamo de sus derechos. Pero la cruenta represión no acaba con la muerte o desaparición de los represores. Ni con el advenimiento de un gobierno democrático. Ni con huida del país o con la fuga de la cárcel o de la casa de férrea tiranía familiar o con renunciar al empleo donde había un jefe soberbio y despectivo. Nosotros decidimos cuándo se acaban nuestras limitaciones y cuándo es que vamos a ser libres. La libertad es el pleno conocimiento de nuestras necesidades y de nosotros mismos. Es esa toma de conciencia del poder que ejercen en nuestras vidas las propias facultades creadoras, con lo cual se nos facilita trabajar más eficientemente por nuestra felicidad.

La libertad no es para todos. Es para quienes sienten que la necesitan porque se saben capaces de dar empleo a sus capacidades y habilidades, de acometer el riego de sacrificar cualquier comodidad ofrecida por el paternalismo de otros y emprender la tarea de sacar de sí mismo las fuerzas y el arrojo para la autogestión.

El pajarillo no quiere salir cuando el amo, que es el absoluto proveedor, le abre la portezuela de la jaula porque no se sabe capaz de buscar por sí mismo provisión. La esclavitud es merecimiento de los incapaces. La libertad es, por el contrario, merecimiento de los que creen en sí y en sus capacidades. Los tiranos saben esto y nosotros debemos saberlo también.

sábado, 7 de noviembre de 2009

LA ADVERTENCIA DE CERVANTES Y EL QUIJOTISMO DEL CHE GUEVARA por osvaldo raya


Al desestimar el libro mayor de nuestra cultura, El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, los españoles y los latinoamericanos nos estaríamos perdiendo un tesoro del pensamiento más moderno y vigente. Sobresale en estas páginas precisamente el deseo de alertarnos de aquéllos quienes se erigen defensores del hombre –sin permiso de éste– y que, mientras lo embarcan en una aventura desestabilizadora y criminal, so pretexto de ideales de igualdad, pisotea su libre albedrío y subestima las prioridades de su individualidad, pasando por alto sus necesidades más inmediatas y apremiantes, y hasta su modo de satisfacerlas. En la historia, contemporánea no fue difícil seducir a las masas –y engañarlas– con los cantos de sirena de la propaganda comunista, tan parecidos a aquel cuento de la llamada Edad Dorada, a la que se refería el caballero cervantino ante aquellos cabreros que lo escuchaban. Si Sancho hubiese aceptado la invitación de Don Quijote, a fin de que aquél se sentase junto a éste, como iguales, en el banquete con los cabreros, el simpático y desenfadado escudero –desentendido de los buenos modales a la hora de comer– habría tenido que, condicionado por los principios igualitaristas, someterse y asumir los modales de su patrón quien jamás se habría rebajado a aceptar los de su escudero para igualarse. Habiendo sido así, Sancho Panza no habría podido comer, sabrosamente, a su libérrima manera. El gordinflón dotado de natural y espontánea sabiduría, escogió –para fortuna suya–, ante la opción de la igualdad, la libertad. He aquí una loa a las libertades individuales y una condena a la hipocresía de los que proclaman la igualdad. Queda claro en este texto excepcional que la libertad es preferible a la igualdad.

La obra magnifica de Cervantes –El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha– muestra el apego del hombre a la libertad y el derecho que cada cual tiene de correr su propia suerte y vivir a su modo y en su mundo; escogiendo, cada cual por sí mismo, el camino que cree que le conviene. Porque nadie, ni al más intrépido y loco caballero, podemos permitirle la dirección de nuestros destinos. Mucho menos la defensa de nuestros más profundos intereses ni la tarea de escoger por nosotros lo que nos conviene. Y hay que desoír los encantamientos de los discursos populistas que atizan con sus consignas la igualdad, en claro detrimento de nuestro libre albedrío.

¡Y qué bien fundada estaba la advertencia de aquel libro de aventuras! Pero la humanidad no entendió bien la alarma ni no supo leer bien la profunda profecía. He aquí las palabras extraídas de una carta pública de un connotadísimo aventurero de la revolución tercermundista de los años ‘60 a quien muchos jóvenes –indiferentes o ignorantes– exhiben en sus camisetas e insisten en reverenciar como un símbolo de la emancipación social. Cito: «Otra vez siento bajo mis talones el costillar de Rocinante, y vuelvo al camino con mi adarga al brazo.» Lo que no saben muchos, o no quieren saber, es que el autor de estas palabras era un asesino quien, abusando de su poder y actuando de acuerdo con la convicción revolucionaria, mandaba a fusilar –y hasta asesinaba personalmente–, en los cuarteles de La Habana, so pena de traidor, a todo el que tuviese una idea disidente. El Che Guevara era un criminal. Y no es mi punto de vista. La evidencia es la herida difícil de sanar en aquellas miles madres y esposas que perdieron a los suyos frente a un pelotón de fusilamiento o en las mazmorras comunistas.

Ah… pero Cervantes ya nos había hablado de estos locos! Ya habíamos sido avisados de las revoluciones y de los revolucionarios. Este aviso no fue entendido por los franceses que aplaudieron la toma de la Bastilla ni por los que celebraron el advenimiento del poder de los rojos en Rusia ni por los cubanos que, hechizados por las barbas románticas y el discurso populista, abrieron las puertas de sus casas y de sus vidas, a una banda de rebeldes y criminales. Hay muchísimos tontos que, a pesar de la alerta, siguen dando crédito a la tendencia quijotesca y apoyan a la Revolución Cubana, totalitaria y brutal. La obra magna de la literatura de nuestra lengua es una fuerte defensa a esa libertad individual, por encima, incluso, de la igualdad.

Y bueno, es lógico que el propio Che Guevara se comparase a sí mismo con Don Quijote, aquel caballero que siempre iba adonde no lo llamaban y a quien nadie le pidió sus servicios de caballería.
http://osvaldo-raya.blogspot.com

miércoles, 4 de noviembre de 2009

AMIGOS LECTORES

tengo serias dificultades tecnicas a la hora de postear aqui en mi blog... desconozco aun como resolver estos problemas... en tanto pido que me excusen por unos dias
gracias

FREEDOM FLIGHT

FREEDOM FLIGHT
por ANGEL PEREZ pintor cubano-americano