La lucha por la libertad de Cuba es una guerra. No valen los eufemismos. Es una guerra. Pero una que empieza desde arriba, a nivel del espíritu, directamente guiados por Dios. Del mismísimo Cielo ya viene bajando un alud ígneo y justiciero que definitivamente acabará por incinerar los pies del tirano y las bases de su tiranía. El odio del guerrero entonces no es odio suyo sino de su enemigo. Es acaso reacción ‒o reflejo‒ de aquel odio originario tan provocador e infame; o es amor ‒y sólo amor‒ que se defiende con todos los hierros para que nadie venga a destronarlo. Nuestro odio es sagrado y está avalado solidariamente por las huestes celestiales. Nuestra espada flamígera ya ha sido bendecida por el Arcángel Miguel. Y digo que si hay huestes en el cielo para defender lo divino, tiene que haberlas en la tierra para defender la divinidad de los cubanos, su libertad y su derecho a ser mejores.
Lo de nosotros deberá ser un amor rabioso o un odio celestial. Y hemos de ser como esa leona que cuida a sus cachorros y de velar y batallar por el futuro de los nuestros, nuestros niños y jóvenes. Será amor rabioso porque sin rabia ‒y sin pasiones‒ no hay batalla, no hay respeto de los que no entienden ningún lenguaje de concordia.
Mostraremos, pues, la garra para que nos respeten y no nos acomplejemos de ella ni nos dejemos arrastrar por los temores de lo que ahora la nueva filosofía izquierdista ha dado en llamar lo políticamente incorrecto. Quien critique nuestra emotividad, nuestro odio al odio ‒que es amor‒, quien trate de descalificarnos y pretenda que nos avergoncemos de la sacralidad de nuestro dolor y nuestra rabia y nos invite a un borrón y cuenta nueva y a tener posturas light o postmodernas no está sino tratando de desmontar nuestro discurso y, por tanto, esta intentando desarticular el vigor y la fuerza con la que todo guerrero debe contar, si es que quiere de veras salir vencedor en esta guerra. Porque es guerra ‒y no otra cosa‒ la lucha contra el tirano que pisotea la dignidad de Cuba y, siendo asi, cada cubano está en el deber de ser un guerrero.
¡Cubanos, estamos en guerra y no debemos bajar la guardia! ¡El año 2010 podría ser el Año de la Victoria! http://osvaldo-raya.blogspot.com/
AsereCubano.
ResponderEliminarEres un maestro Osvaldo, tus palabras aclaran muchas cosas, dicen muchas verdades, hieren a los que se apoyan en un estilo de vida incorpóreo, lejos de la necesidad y realidad de los cubanos.
gráficamente hablando veo así el 2010 para cuba:
http://www.flickr.com/photos/30579680@N05/4230296479/
saludos y te deseo lo mejor para ti y toda tu familia en el 2010
En esta guerra, permitanme llevarles la artilleria. Seria un gran honor.
ResponderEliminarCariños... y ahi estamos.
Felicitaciones, Osvaldo, por este excelente artículo
y lo mejor para el 2010!
Con la requisa de una historia marginal y aún pendiente de un justiciero revisionismo, que descarte de un golpe demoledor el tinte avasallador de lo que recientemente algunos llaman el pensamiento moderno, debemos librar esta lucha con ímpetu desollador, y de una vez por siempre, abatir ese infame estigma, que como un simio enardecido, perdura aún entre la jungla de la razón.
ResponderEliminarNo debemos nunca agachapar nuestras convicciones ya que tal actitud cobarde creará un hiato en ellas. La promiscuidad de pensamiento es desleír nuestro cariño purificador por nuestra patria, nuestro suelo, nuestra mugre, nuestra alma. No podemos morigerar nuestra efervescencia ideológica, que en los últimos tiempos trae consigo una promesa segura de ese anhelado calostro. No desistamos. No dejemos que la crítica imberbe apelmace la esencia interior, el espectro aguerrido, el viso, el verbo entrenado, veterano en esa lucha que no es inicua, como quieren otros hacerla ver, pero que sin embargo nos llevará al empíreo.
Ataquemos sin mesura, para que con ese alud de epítetos chalados aspaventemos la impericia que abate a la nueva generación de este exílio nuevo y desclavado de la pasión. No le demos una oportunidad al enemigo de solventar el enigma cantinfleado de nuestra homilía. Ataquemos con la pluma en todos los frentes, como la espada vengativa de Damocles, y enturbiemos el discernimiento de nuestros lectores con la umbrosa ribera de nuestras enramadas palabras.
Querido amigo, en: http://inesdecuevas.blogspot.com
ResponderEliminarle he dejado mi mensaje de Año Nuevo.
Le quiero infinitamente.
Un buen abrazo y un beso grandote.
Inés de Cuevas.
Amigo Osvaldo...
ResponderEliminarEste, es tu llamado.
Sabes que este es el camino por recorrer y por el que todos debemos seguir si queremos libertad.
Todo mi apoyo
Un abrazo
Osvaldo, sólo quería pasar a dejarle un abrazo y mis mejores deseos para el 2010. Gracias por seguir siendo uno de nuestros incansables y más lúcidos guerreros en la causa cubana. Le quiero, siempre.
ResponderEliminarOsvaldo, un enorme abrazo y felicidades para usted y la familia. Comprobe la Ip y, al parecer, es de una buena amiga que deseo compartir su excelente texto con los lectores. Por suerte, tendre mas cuidado. Un beso.
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