Una gota de lluvia no es la lluvia pero cada gota de lluvia contiene sus propios relámpagos y ya basta para anunciar hermosos aguaceros a lo largo y a lo ancho del universo humano. Y una gota de llanto ‒una lágrima‒ no es llanto; pero es como gota de lluvia y contiene también sus propios relámpagos, sus truenos, sus redobles de tambor para la próxima batalla. Y basta una sola gota iluminada con sus propias bengalas para celebrar, muy pronto, a lo largo y a lo ancho de la patria, nuestra victoria y la muerte rotunda del tirano.
No podemos decir que hemos llorado por ti, querida Gloria ‒Madre Mártir‒; porque una sola lágrima no es llanto. Pero con cada gota nuestra ‒que no es llanto ni lluvia‒ hemos llenado el cielo de todos nuestros relámpagos: Únicamente la luz puede ser tu homenaje. La luz, la libertad.
Gracias por todo, Gloria Amaya, Madre Mártir!
Ay Osvaldo que bonito y que sentimiento de patriotismo hay en tu elegia.
ResponderEliminarOjala esta, sirva para abrir los corazones de muchos cubanos y sintamos el deber para con esta Madre Martir.
Honrar, honra.
Un granito de ti, amigo Osvaldo, no es la humanidad entera, pero es la esencia. Tu me despiertas la conciencia patriotica! Que Dios te bendiga hoy y siempre. Y por supuesto: Que viva Cuba Libre!!!!
ResponderEliminarGracias, amigo Osvaldo, por entregarnos esa elegía todo sentimiento y llanto, para que se rieguen los gladiolos de nuestra libertad. Me la llevo para mi sección de Comentarios. Ahí te dejo mi elegía, para condecorar y ponderar tu texto. Eres un gran patriota, hermano. Abrazos y saludos, Josán Caballero.
ResponderEliminarGLORIA AMAYA: ETERNO GLADIOLO DE LA PATRIA
Prendida cual gladiolo,
en el alma de la patria,
se queda entre nosotros
la madre GLORIA AMAYA.
Más que madre ella sido
la digna ciudadana,
que enseñó a sus tres hijos
a amar la justa causa
de una Isla soberana,
que hace ya un tiempo dijo:
“Con mi dolor, ya basta
para allanar la calma
y cambiar el sentido
de un ciclo repetido,
que nos trajo la casta
de ese listo caudillo,
seguido por sus larvas
a un tiempo carcomido,
que rehúsa ser vencido”.
Por eso nuestra Amaya,
ante todo se hizo
acaso noble Dama,
con un blanco rojizo,
nacido de las almas,
que en esa Primavera
surgieron de la Nada,
para darle a la tierra
la flor de su esperanza,
como un arma diversa
en la estación más negra.
La Dama se hizo flama,
entre tantas mujeres,
que juntas reclamaban
libertad a sus seres
queridos, quienes daban
el derecho a su mente
de romper ya las trabas,
a cuánta intolerancia
que no mira de frente
y hiere por la espalda,
en un país que teme,
hasta decir ya basta,
la represión que duele,
humilla, ultraja, cansa.
mancilla, veja, mata.
Es un país que clama,
cuando el silencio apaga
un gladiolo en el alma
de una madre ultrajada.
Una madre que es llama
sobreviva y bonanza,
para dar con la talla
del pueblo que hace falta
fundar en nuestra patria,
donde las madres sean
canteras que provean
a sus hijos: las palmas
reales que pelean,
por ganar la confianza
de un país que desea
vivir en democracia.
Ya se prendió el gladiolo
más firme de esa plaza:
Grajales somos todos,
pues la Dama es Mariana:
Nueva madre en nosotros,
amada GLORIA AMAYA.
Madre eterna de un pueblo,
que se abre a la pujanza
de un batallón en vuelo,
con damas, cuya entraña
reúne la argamasa
de sus hijos, hoy presos,
para sembrar confianza
y empujar la manada,
hasta el viejo esperpento
de una historia que falla
en furia cotidiana:
Rotos ya sus espejos
vertebrales y solos,
cual columna que estalla
ante el mito de Cronos,
en su silla que vuela,
no engañan a la Dama,
ni ahuyentan sus gladiolos.
Con la virtud de su alma
todo el blanco que cuelga,
da vueltas a su noria
y la pureza rueda
con la Gloria,
su magia entre nosotros:
luz que ya exhala
la gran naturaleza humana
de una Dama Gladiolo,
que se instala
en lo más recóndito del alma.
Dama de blanca historia,
Mariana en nuestra Gloria,
hoy eres más que todo
un eterno Gladiolo,
cercado en el dolor,
pero incubando amor
en nuestras almas:
Gladiolo a nuestros ojos,
creciendo por la patria,
que también te hizo suya:
Eres flor de mi Cuba,
GLORIA AMAYA:
En tu nuevo invernadero,
vas creciendo
gladiolos cual estrellas,
banderas blancas
para el alma nueva,
en que serás la GLORIA suelta:
Dama eterna
de nuestra Primavera,
cual gladiolo entre rejas,
ganando su belleza
de libertad absuelta.
José Antonio Gutiérrez Caballero
Miami, 9 de enero del 2010.
Unicamente la luz de la libertad, podrà darle a Gloria la paz en el cielo.
ResponderEliminarQue no se apagué la llama...
saluti
asereCubano
ResponderEliminarOsvaldo eres un maestro hermano, gracias por este post.
saludos