miércoles, 22 de abril de 2009

LA PUERTA DE MI CASA por osvaldo raya


Tantas veces la sorprendí pegando el oído a mi puerta, tratando de escuchar, a toda costa, las conversaciones de mi casa; tantas ‒pero tantas‒ veces que ya llegó un momento en que no me importaba. La aldaba de mi puerta activaba su alarma y ella corría a curiosear quién venía a visitarme y por qué. Su apartamento quedaba exactamente frente al mío y le era, pues, muy fácil espiarme. Aquél era su puesto de atalaya; porque, a través de su mirilla, controlaba las veces que yo salía y las que entraba o las que no regresaba a dormir en casa. Todos los vecinos del edificio se cuidaban de no decir, en su presencia, nada comprometedor o en contra del oficialismo. Resulta que su hijo ‒Roberto Linares‒ era un repugnante agente de la Policía Política de Cuba y ella misma era informante voluntaria.

Entonces decidí quitar la puerta: Chichita, la soplona, era la puerta.
http://osvaldo-raya.blogspot.com/

3 comentarios:

  1. JAjajaj, como me recordaste con el texto la tradicion chivatica y barata de los gusanos castristas, si, porque los que se arrastran son ellos y como indignan.

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  2. En el pueblo hay muchas puertas.
    saludos, profe.

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  3. Maestrísimo, una solución muy sabia. No sólo era Chichita la puerta, yo diría que más que nada era muro, cerco que intenta aprisionar la intimidad del prójimo. Desgraciadamente, como dice el Garrix, en aquel pueblo hay muchas Chichitas.

    Cuando tenga un tiempito pase por mi blog a recoger un merecido premio.

    Un abrazo para Ud y gracias por sus comentarios sobre la obra de Alfredo Bravo.

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FREEDOM FLIGHT

FREEDOM FLIGHT
por ANGEL PEREZ pintor cubano-americano