Los que añaden a su blasón los símbolos que anuncian el linaje de caballeros derrotados y se declaran decepcionados de la humanidad, están muy confundidos o son demasiado ingenuos o tontos o ignorantes. Hay quienes no se percatan de que la humanidad no es una abstracción… y es que, de serlo, a qué pues decepcionarse de ella. Cada hombre es la humanidad o la humanidad empieza justamente a partir de cada hombre; de ahí que quien se decepcione de ella no está sino decepcionado de sí mismo como individualidad y parte imprescindible del conglomerado humano. Y es que aquél que con tanta saña critica a su propia especie y enumera uno tras otros los errores del hombre a lo largo de su historia y arenga a favor del mejoramiento humano ‒pero en el fondo miente y le parece hipotética la menor mejoría‒ en las tribunas en las que sabe que puede, con éxito, arrancar de los grandes auditorios prolongadas ovaciones, parece que ignora ‒o se olvida o no es sincero y lo que quiere es pavonearse y ganar puntos‒ que no hacen falta megáfonos ni podios para conversar, como padre de sí, consigo mismo, hacia dentro, hacia la entraña más remota de la individualidad. No hay ágora más atenta que aquella que un solo hombre forma consigo mismo ni momento más oportuno que la soledad y el silencio para arengase a sí y sacudir el alma con tal de que ésta reaccione y salte de un bote desde lo infernal hasta lo alto o lo más cercanamente posible de Dios. Y es que uno debe ser, al par, orador y auditorio y llamar al hombre, que es acaso uno mismo y es también ‒a la vez‒ toda la humanidad concreta y representativa, a que enmiende sus errores y trabaje por superarse y trascender.
Y digo más. Yo les digo a los cubanos ‒mis compatriotas‒ que si alguno se siente decepcionado de ese pueblo nuestro que parece ‒sólo digo parece porque, cuando no se lo conoce bien, se duda de él y se deja uno llevar por las pasmosas apariencias‒ haber aceptado tranquilamente la infamia o parece ‒parece porque no es así‒ no haber movido un dedo por su libertad o no querer moverlo para salirse de una vez y por todas del tirano que lo pisotea y masacra desde 1959; yo les digo, a ésos, que se equivocan; porque lo que pasa es que no puede un cubano estar decepcionado de los cubanos sin estar primero decepcionado de sí mismo, como persona. Hay que decir que muchos no se han enterado aún de que Cuba no es una abstracción ‒como no lo es la humanidad‒ y que en cada cubano empieza Cuba y no es justo que se añada al escudo de este pueblo valeroso la marca de la frustración y el desencanto personales. El cubano que quiera que su país mejore, que empiece por mejorarse a sí propio y a valorarse más y así ya no tendrá que sentirse decepcionado de lo que él mismo es parte y conforma de manera decisiva. No hay Cuba sin cubanos. Lo más tangible de nuestro país es cualquiera de sus nativos. Un cubano malo hace peligrar el futuro. Pero muchos ‒muchos‒ cubanos buenos y superiores son la garantía innegable de una patria mejor y un futuro envidiable. Entonces dígase que Cuba mejorará cada vez que alguno de nosotros sea mejor. Y si algún compatriota decepcionado siente que somos un pueblo sin remedio y que no merecemos la libertad que nos falta, que vaya, pues, él solo, a la consulta del psicoanalista y se atienda por fin su baja autoestima.
No todos los hombres están decepcionados de la humanidad o de sí mismos ni todos los cubanos de Cuba o de sí mismos. Son muchos ya los cubanos que han empujado y siguen empujando con la fuerza y con el espíritu de verdaderos titanes a favor de un país próspero e iluminado, y de un mundo digno de los planes divinos.
http://osvaldo-raya.blogspot.com/
Y digo más. Yo les digo a los cubanos ‒mis compatriotas‒ que si alguno se siente decepcionado de ese pueblo nuestro que parece ‒sólo digo parece porque, cuando no se lo conoce bien, se duda de él y se deja uno llevar por las pasmosas apariencias‒ haber aceptado tranquilamente la infamia o parece ‒parece porque no es así‒ no haber movido un dedo por su libertad o no querer moverlo para salirse de una vez y por todas del tirano que lo pisotea y masacra desde 1959; yo les digo, a ésos, que se equivocan; porque lo que pasa es que no puede un cubano estar decepcionado de los cubanos sin estar primero decepcionado de sí mismo, como persona. Hay que decir que muchos no se han enterado aún de que Cuba no es una abstracción ‒como no lo es la humanidad‒ y que en cada cubano empieza Cuba y no es justo que se añada al escudo de este pueblo valeroso la marca de la frustración y el desencanto personales. El cubano que quiera que su país mejore, que empiece por mejorarse a sí propio y a valorarse más y así ya no tendrá que sentirse decepcionado de lo que él mismo es parte y conforma de manera decisiva. No hay Cuba sin cubanos. Lo más tangible de nuestro país es cualquiera de sus nativos. Un cubano malo hace peligrar el futuro. Pero muchos ‒muchos‒ cubanos buenos y superiores son la garantía innegable de una patria mejor y un futuro envidiable. Entonces dígase que Cuba mejorará cada vez que alguno de nosotros sea mejor. Y si algún compatriota decepcionado siente que somos un pueblo sin remedio y que no merecemos la libertad que nos falta, que vaya, pues, él solo, a la consulta del psicoanalista y se atienda por fin su baja autoestima.
No todos los hombres están decepcionados de la humanidad o de sí mismos ni todos los cubanos de Cuba o de sí mismos. Son muchos ya los cubanos que han empujado y siguen empujando con la fuerza y con el espíritu de verdaderos titanes a favor de un país próspero e iluminado, y de un mundo digno de los planes divinos.
http://osvaldo-raya.blogspot.com/
Eso es de lo que hablo, dejemos de lamentarnos de ser cubanos. Hemos luchado y seguiremos por nuestra patria, muchos cubanos han logrado increibles carreras en el mundo entero, formado familias, construido ciudades e influido sociedades. Somos un pueblo de grandes y asi tenemos que darnos al mundo.
ResponderEliminarSiempre te me adelantas profe, pero como siempre a tono.
Carlos M Paez.
"nadie es una isla completo... "
ResponderEliminaruna vez me dijeron -y por que no se levantan en armas? yo le respondi -con cuales armas?
ResponderEliminarle he dedicado a usted la entrada de hoy.
ResponderEliminarProfe.... Y como calificar la critica a un esfuerzo....Decepcion?
ResponderEliminarLea entre lineas
Un saludo
@julita